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Monday, August 15, 2016

Trust in the Lord's timing

August 15th, 2016

So this week our investigator was scheduled to have a baptism on Friday. We were really excited for it and we had invited a ton of people and it was going to be great, but...due to circumstances we have to delay his baptism. That was such a bummer. The really hard thing about it is that we have no idea when he will be able to get baptized; we may have to wait a few weeks or even a few years. The night that we found out about this we were so sad and we called our Sister Training Leaders and they were able to give us words of comfort. 

It was pretty crazy though because that day we received calls from our District Leader, our Zone Leaders, and even the Assistants (in that order, too) because they all felt like they needed to call us and see how we were doing. I joked that we would be calling the prophet next :P But anyways, basically what all of our leaders told us is that we need to trust in the Lord and in His timing. He wants everyone to be baptized, and He will make it possible. Our investigator will be baptized someday, and the Lord is not saying "No he can't get baptized," rather, "Not yet." It's also really awesome that we were able to feel the love that all of our leaders have for us, and the fact that Heavenly Father knew we needed their love during that time.

And yesterday during Relief Society I learned a story about President Howard W. Hunter which also gave me comfort. Pres. Hunter's father was not a member of the Church and he didn't let him get baptized when he was 8. When Pres Hunter turned 12 he was sad that he couldn't pass the sacrament or hold the priesthood since he wasn't baptized. So he was able to convince his father to be baptized at age 12, meaning he had to wait like 4 years to be baptized, and it meant so much to him. Pres. Hunter had such a deep appreciation for the sacrament, even years later as an apostle, his fellow apostles noticed that he had a special spirit about him whenever he said the sacrament prayer. To me, that goes to show that Heavenly Father gives us trials for a reason. I told our investigator this story because I feel like he too can have a stronger appreciation for his baptism now that he has to wait longer.

We taught a less-active and his nonmember girlfriend again this week, and we love them! They are so awesome. During our lesson I really felt prompted by the Spirit to talk about the Book of Mormon and the relationship it has with the Bible. It turned out to be perfect because she's been struggling to know Joseph Smith really was a prophet, and we were able to explain the Book of Mormon in a way that has never been explained to her before. That was all the Spirit right there! The Spirit is the teacher.

They both came to church yesterday and it was so perfect for them because the sacrament meeting talks applied to them so well. The topics had to do with blessing from obedience, and how to know if the Book of Mormon is true. That's exactly what we want to teach them about tonight!

Yesterday there was another less-active sister and her nonmember husband who came to church, too. I cannot even believe the trials that they have had to go through at this time, but I was grateful that they could go to church and feel the Spirit. The Sunday School lesson was about eternal families, which I thought was perfect for them to hear.

I know that it was no coincidence that all of these topics were addressed at Church today. Heavenly Father was mindful of my needs and the needs of all the people we are trying to help.

Just a funny random story: Elder Simms was joking that we as missionaries should be following the police around since they visit the people that need the gospel the most, hahaha.

On Saturday we were biking around and we stopped and talked to a young man. He was so nice and so cool! He is Catholic but he was willing just to chat with us and ask about what we do and what we teach. We told him about prophets and about the Word of Wisdom. His friend came at one point, too, and even though he wasn't interested in learning more, he was still really nice and joking around with us. They were both blown away by the fact that we believe that there are prophets on the earth again today. They also thought it was crazy that as missionaries, we aren't paid. In fact, we pay to be here as missionaries! We were talking to them for like an hour. They were super cool and we gave Brandon as a referral to the Young Single Adult missionaries, and I hope things go well with him.

I never realized how sensitive I am to the Spirit until I came out on my mission. Like, for example I felt that our investigator wasn't going to be baptized, but I didn't know why. I can also always tell whether I'm going to be transferred or not, and most missionaries can't tell. I'm grateful that I have been able to learn how to recognize the Spirit more and more throughout my mission.
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Love you!

Hermana Aburto


Confiar en el tiempo del Señor

15 de agosto de 2016

Pues resulta que esta semana un investigador estaba listo para bautizarse el viernes. Estábamos sumamente felices, habíamos invitado a un montón de gente y todo iba viento en popa, pero, por causas de fuerza mayor, el bautismo se tuvo que cancelar y la verdad que nos dolió mucho. Lo más duro de todo es que no tenemos ni la menor idea de cuándo podrá bautizarse, tal vez tenga que esperar semanas o incluso años. La noche que nos enteramos nos pusimos tan tristes que llamamos a las hermanas entrenadoras y ellas nos dieron algunas palabras de consuelo. 

Tan fuerte estuvo la cosa que ese día recibimos llamadas del líder de distrito, de los líderes de zona y hasta de los auxiliares del presidente (en ese orden), porque todos sintieron que tenían que llamarnos para ver cómo estábamos. Hasta dije de chiste que también íbamos a llamar al profeta. Pero bueno, en resumidas cuentas lo que todos nuestros líderes nos dijeron fue que debemos confiar en el Señor y Su tiempo, ya que Él quiere que todo mundo se bautice y Él lo hará posible. Nuestro investigador se podrá bautizar algún día y no es que el Señor diga: “no, no se puede bautizar”, sino más bien: “todavía no”. Por otra parte, fue bien lindo sentir el amor que nos tienen todos nuestros líderes y el hecho de ver que el Padre Celestial sabía que necesitábamos el amor de ellos en ese momento.

Ayer en la Sociedad de Socorro escuché un relato del presidente Howard W. Hunter que también me dio consuelo. Resulta que el papá del presidente Hunter no era miembro de la Iglesia y no lo dejó que se bautizara cuando cumplió los ocho años. Luego cumplió 12 años y se sentía triste por no poder repartir la Santa Cena ni recibir el sacerdocio debido a que no se había bautizado. Al final pudo convencer a su papá para que lo dejara bautizarse a los 12 años, o sea que tuvo que esperar cuatro años para bautizarse y eso le ayudó a valorarlo más. El presidente Hunter mostraba un gran aprecio por la Santa Cena, incluso después de haber sido apóstol durante muchos años, los demás apóstoles se daban cuenta de que él ofrecía las oraciones sacramentales con un espíritu especial. Yo eso lo veo como que Dios nos pone pruebas por algún motivo. Le conté ese relato a nuestro investigador, ya que espero que también llegue a valorar más su bautismo ahora que tiene que esperar.

En esta semana también les dimos una charla al hermano que es miembro menos activo y a su novia, y la verdad es que los queremos mucho porque son muy buena onda. Durante la charla sentí el impulso de hablar del Libro de Mormón y de la relación que tiene con la Biblia. La cosa fue que resultó perfecto, ya que ella ha tenido sus dudas en cuanto a la idea de que José Smith haya sido un profeta, pero pudimos explicarle el Libro de Mormón de una manera en la que nunca nadie se lo había explicado antes. ¡Todo eso fue obra del Espíritu! El Espíritu es el maestro.

Ayer fueron a la Iglesia y todo salió perfecto porque los discursos de la reunión sacramental les aplicaron muy bien a los dos. Los temas que se trataron fueron las bendiciones que provienen de la obediencia y cómo saber de la veracidad del Libro de Mormón. De eso es precisamente de lo que les enseñaremos hoy.

También ayer, asistieron a la Iglesia una hermana que es menos activa con su esposo que no es miembro. Me cuesta creer todos los problemas que han tenido últimamente, pero sentí agradecimiento de que hayan podido ir y sentir el Espíritu. La clase de la Escuela Dominical fue sobre las familias eternas, lo cual me pareció perfecto que ellos lo escucharan.

Sé que no fue ninguna coincidencia de que todos esos temas se trataran en la capilla. El Padre Celestial estuvo al pendiente de las necesidades de las personas a las que tratamos de ayudar.

Ahora déjenme contarles una cosa chistosa que no tiene que ver con nada: El élder Simms dijo en broma que los misioneros deberíamos andar detrás de la policía, ya que ellos van a las casas de las personas que más necesitan el Evangelio.

El sábado andábamos en la bicicleta y nos detuvimos para hablar con un muchacho que se portó muy bien con nosotras. Él es católico pero se mostró dispuesto a hablar y nos preguntó sobre lo que hacemos y lo que enseñamos. Le hablamos de que hay profetas y de la Palabra de Sabiduría. Después llegó un amigo de él y a pesar de que él no tenía interés, aún se mostró amable y bromeó con nosotros. A los dos les pareció increíble el hecho de que creemos que hay profetas en la actualidad y se impresionaron al saber que no nos pagan por servir en calidad de misioneras. ¡De hecho, uno paga para ser misionero! Hablamos con ellos como por una hora, se portaron muy bien y dimos el nombre de Brandon como referencia a los misioneros del barrio de jóvenes adultos solteros. Ojalá que haya futuro con él.

Nunca me había dado cuenta de lo sensible que soy al Espíritu hasta que salí a la misión. Por ejemplo, yo sabía que nuestro investigador no se iba a bautizar pero no sabía por qué. También siempre tengo una corazonada en cuanto a si me van a cambiar a otra área o no, y la mayoría de los misioneros no siente nada. Siento agradecimiento de que he aprendido a reconocer el Espíritu cada vez más durante la misión.

Los quiero,

Hermana Aburto